Solas (dir. Benito Zambrano, 1999)

solas

290. Solas. Benito Zambrano (1999). 

Escrita y dirigida por Benito Zambrano, esta 1ª película que nos trajo hace ya más de 15 años, es un reflejo de la soledad en diferentes personajes y en diferentes momentos de la vida. Dos tipos de libertad y mucho dolor intrínseco en cada personaje.

María (Ana Fernández) malvive en un oscuro apartamento de un barrio miserable, trabaja eventualmente como chica de la limpieza y, casi con cuarenta años, descubre que está embarazada de un hombre que no la ama. Su soledad es tan grande que sólo encuentra consuelo en la bebida. Su madre (María Galiana), que ha consumido su vida al lado de un hombre violento e intolerante, no tiene ni siquiera el consuelo de tenerla cerca. Con motivo del ingreso de su marido en un hospital, la madre visita a María en su apartamento y conoce a un vecino viudo (Carlos Álvarez) que vive con su perro. La relación que se establece entre estos tres náufragos alivia sus soledades y deja una puerta abierta a la esperanza.

En “Solas” vislumbramos la vida de una madre y una hija, ambas con mucho peso a sus espaldas. Por una parte, Rosa, interpretada magistralmente por María Galiana en su único papel como protagonista y la cual se vió recompensada con un Goya a mejor actriz de reparto, es una mujer que se ha consumido al lado de un hombre maltratador, que bebía y malgastaba el poco dinero que tenían, esa soledad que hace que no tengas con quién compartir tu vida, los hijos lejos, más que nada por culpa del padre y una distancia abismal hacía su hija María.

Por otra parte tenemos a María, interpretada por Ana Fernández, la cual también ganó su Goya a mejor actriz por esta interpretación. Su personaje ha visto lo que su padre hacía a su madre, e incluso a ella misma, y huyó cuando pudo. Con ello siempre presente en mente al final se encuentra ante la misma tesitura de la que ha estado huyendo, un hombre que la utiliza y la soledad de la ciudad hacen que María mitigue su dolor con el alcohol.

Dos tipos de vidas, dos tipos de soledades, impuestas por la sociedad y los años que les tocó vivir. La madre, presa de las costumbres de los pueblos y la religión, aguanta carros y carretas para vivir su vida, a pesar de su sufrimiento, que no sabe leer y que su vida no es lo que ella hubiera esperado… es libre, cosa que se refleja en su comportamiento, en el acercamiento hacía el vecino de su hija.

Sin embargo María no es libre, está atrapada por la sociedad, por su pasado, por su presente, por el alcohol, por la mala suerte en su vida y los trabajos esporádicos… todo ello consumiendola y resintiéndola, presa de la sociedad de su época y presa de sí misma.

Este doble rasero que nos presenta Benito Zambrano es magnífico, con pocos escenarios, un guión muy articulado, dándole a ambas protagonistas su tiempo, sus matices… presentándolas de una manera para hacernoslas ver completamente diferentes, muchos sentimientos reprimidos, sentimientos encontrados, sensibilidad, incomunicación, muy buenas interpretaciones, no sólo por parte de María Galiana o Ana Fernández, sino también por Carlos Álvarez-Novoa y dónde a pesar de todos los extras que contiene la historia, la trama principal, que es la historia entre María y Rosa, está tratada con mimo, tranquilidad y adecuadamente.

Esta es una de esas películas que siempre me han gustado mucho, porque con poco, ha mostrado una gran cantidad de matices y sentimientos que en otras películas de temática similar les ha costado o sencillamente se han quedado por el camino, aquí Zambrano lo hace hasta el momento justo, sin pasarse, cosa que se agradece. Por eso para mí “Solas” es de 8, es una de las películas españolas que más me gustan, además ver a María Galiana, para mí, siempre es un gran placer.

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