La Llamada (dir. Javier Ambrossi, Javier Calvo, 2017)

456. La Llamada. Javier Ambrossi & Javier Calvo (2017). ★★★★

«Hoy he sentido La Llamada, con toda la fuerza…». Tengo que confesar que tuve mis reticencias hacía el fenómeno llamader, las críticas tan efusivas, todo el mundo tan encantado… es que a mí, tanta felicidad, me escama. No sé si será mi lado “del vaso medio vacío” o mi reserva inicial a los musicales, pero aquí me equivoqué y ahora que la he visto en Netflix (y aprovechando que salió hace poquísimo en blu-ray, del cual habrá análisis), puedo unirme a la voz de los llamaders, pero sin emocionarnos.

María (Macarena Garcia) y Susana (Anna Castillo) son dos jóvenes que están pasando el verano en La Brújula, un campamento de monjas en Segovia. Pero son jóvenes, quieren divertirse, amantes del electro-latino y por la noche se escapan a las discotecas colindantes. Pero una noche, tras la fiesta, a María se le aparece Dios (Richard Collins-Moore) cantándole canciones de Whitney Houston. Mientras que ella siente esta “llamada”, su amiga Susana también sentirá su propia revelación, sin olvidar a sor Bernarda (Gracia Olayo) y a la hermana Milagros (Belén Cuesta), monjas encargadas del campamento, que también tendrán su particular llamada.

Vale, argumentalmente puede que no llame la atención a primera vista. Lo del electro-latino y que Dios cante canciones de Whitney Houston sé como suena, a película para echarte para atrás. Pero no, ni mucho menos. Tienes que entrar en su juego metafórico para entender verdaderamente lo que los Javis quieren trasmitirnos. Puede que lo hagan a través de algo un tanto peculiar y algo grandilocuente, sin embargo el mensaje hacía su público es clarísimo: lo hacemos y ya vemos.

La película está centrada en cuatro personajes. El primero lo interpreta Macarena García, hermana de Javier Ambrossi. Ella interpreta a María, una joven que siente la llamada de Dios a través de las canciones que le canta de Whitney Houston, apareciéndosele en una escalera y dejándola noche tras noche en un sin vivir. El otro pilar de la película es Anna Castillo y sinceramente su personaje es de lo mejor que tiene la película. Ella interpreta a Susana, la mejor amiga de María, que está en ese campamento por ella, para hacerle compañía, pero el momento que está pasando la protagonista hace que se distancien y empiece a descubrirse a sí misma, sintiendo otro tipo de llamada. Ambas, como amigas derrochan química y también se nota, que lo han trabajado mucho en teatro.

De forma secundaria, pero con un gran peso, está Belén Cuesta, la hermana Milagros, interpretando un sensacional papel. Ella es una muchacha joven, que siente que tomó una decisión equivocada y que se le escapa la vida sin hacer nada, aunque le gusta lo que hace, no siente que haya sido llamada para ello, por lo que también tendrá su propia revelación a lo largo del filme. Por último, está Gracia Olayo, el contrapunto gracioso, junto a Belén Cuesta, interpretando a Sor Bernarda, la madre superiora del campamento, que llega de sustitución y que ayudará, en cierta medida, a todas, en su propia versión de llamada.

¿A qué ahora suena de otra manera? Para mí la película es una gran metáfora sobre perseguir los sueños, cueste lo que cueste, por muy absurdos que parezcan (ahí que tengamos la historia de Maria), siendo fiel a lo que sientes (la historia de Susana) y probando a ver que ocurre, sin miedo. No hay que desaprovechar el tiempo (como hace Milagros) si sabes lo que quieres, si has sentido la llamada, debes ir a por ello. Lo hacemos y ya vemos. Puede que salga bien o puede que sea un estrepitoso fracaso y haya que tomar otros derroteros, pero no hay que conformarse, hay que vivir. Para ti puede que sea lógico lo que para otros es ilógico o una aberración, pero debes ser quien quieras, vivir como quieras y hacerlo sin miedo.

No sé, la verdad es que eso es lo que a mí me ha trasmitido. Sí, sé que no tiene una grandísima dirección artística, puesta en escena, diálogos trascendentales, que tampoco es que sea una revelación direccional o en el montaje. Tampoco es un musical al uso y juega con varios géneros. Si de verdad quieres, le puedes sacar muchísimos fallos, incluso fallos de racord. Pero sí te centras en lo que los Javis quieren transmitir y hacerte llegar, creo que ganarás más que criticando lo que no te ha gustado técnicamente. Ojo, que también puede ser el caso que te parezca una basura, estás en tu derecho de opinar, hasta cierto punto es loable, sin embargo, creo que tampoco hay que ir a destrozar algo porque a ti personalmente no te haya gustado (guiño, guiño “Los últimos Jedi”). No sé, es sencillo. Aquí o sientes, o no sientes la llamada y yo, la he sentido, a pesar de que reconozco absurdos ciertos momentos, sin embargo funcionan para lo que quieren contarnos.

¿Le ponemos una nota? Para mí se quedará en un 78/100, pero le daré las cuatro estrellas completas. El fenómeno de ‘La Llamada’ ha hecho un “Veni, Vidi, Vici” en toda regla, tanto en teatro como en cine. Si ya cosechaba una horda de llamaders teatrales, tras el estreno en cines, su salida en VOD, la acumulación de premios y nominaciones… el fenómeno no acaba de retroalimentarse. Y a mí me parece bien, porque no siempre una película debe ser técnicamente redonda, con un guión intachable, para hacerte sentir cosas, replantearte situaciones y removerte por dentro. Es más, hacía tiempo que una película no me había tocado en lo personal.