Año 1987. Gabriele Amorth (Russell Crowe), exorcista jefe del Vaticano, es enviado por encargo del Papa a la antigua abadía de San Sebastián en España, para investigar la aterradora posesión de un niño, donde se topa con la conspiración que el Vaticano ha tratado de ocultar y el mal oscuro y poderoso que alberga el lugar desde tiempos de la Santa Inquisición.
La película está dirigida por Julius Avery que probablemente os suene de “Overlord” (2018) o de la cinta de la plataforma Prime Video “Samaritan” (2022), de la que han anunciado secuela recientemente. El guion, que es de hasta cinco autores porque hubo una serie de despidos (y que sumando cuentan con un puñado de cintas de terror religioso en su currículum), está basada en la biografía escrita (ya sabemos cuanto tiene esto de real y cuanto de ficción) del propio sacerdote italiano Gabriele Amorth, el cual afirmó en 2013 haber realizado más de 160.000 exorcismos, aunque aclaró que no todos eran estrictamente posesiones. En cuanto al reparto, cuenta con Russell Crowe como el imán para atraerte hacia la película, que es de sobra conocido por “Gladiator” (dir. Ridley Scott, 2000) o “Una mente maravillosa” (dir. Ron Howard, 2001). También tenemos a Alex Essoe (“Doctor Sueño”, 2019), Daniel Zovatto (serie “Estación Once”, HBO), el debutante Peter DeSouza-Feighoney o el veterano Franco Nero (“Django”, 1966).
En cuanto a la película hablamos de una cinta genérica de exorcismos, que se sumerge en la temática religiosa y en la lucha del bien y del mal, que medio funciona gracias a la actuación de un Russell Crowe muy carismático, con ciertas dosis de humor, que ayudan bastante a la película. También es un plus la dinámica que forma junto al actor Daniel Zovatto, un poco como Merrin y Karras (de “El Exorcista”), pero en tono mas socarrón y menos impactante. En cuanto a lo demás, tenemos una ambientación algo artificial, una temática con referencias a la Inquisición que calificaríamos de interesante, pero tampoco le dan muchas vueltas a nada, los efectos bien pero no remarcables, las situaciones son genéricas, vistas ya muchas veces, al igual que la confrontación y los giros que da el guion. En sí es bastante predecible, pero podría decir que entretiene. Sin embargo, al ponerla al lado de la “película de exorcismos” que lleva la bandera ganadora, la deja un tanto simplona y no es por fastidiarla, es una comparativa automática que hace tu cabeza con todas estas cintas.
Lo mejor: sin duda el tono socarrón que le otorgan al personaje y la interpretación a la altura de Russell Crowe.
Lo peor: que aunque no es una película mala, es lo suficiente genérica que la olvidas en cuanto acabas de verla.
¿Dónde la puedo ver? En la plataforma de Movistar+. También está disponible en DVD y Blu-ray.
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