Deadpool (dir. Tim Miller, 2016)

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324. Deadpool. Tim Miller (2016). ★★★★

“Deadpool” es lo más diferente que he visto en pantalla grande desde hace tiempo, en pequeña tiene más competencia con ‘Daredevil’ o ‘Jessica Jones’ en Netflix, sobre Marvel. Es sencillamente brutal. Rompe los esquemas y para bien, es más ahora la próxima película de Lobezno también buscará la calificación R, a ver si de una vez despunta.

Basada en el anti-héroe menos convencional de Marvel, narra el origen de Deadpool. Wade Wilson (Ryan Reynolds) es un ex-operativo de las fuerzas especiales reconvertido en mercenario. Un día su vida se acabará por una serie de tumores y él se verá “obligado” a un cruel experimento para despertar su mutación, por lo que despertará a su alter ego y ambos buscarán y lucharán contra el hombre que casi destruyó su vida y secuestró a su novia Vanessa (Morena Baccarin).

Olvidémonos de lo que pasó en “Orígenes X-Men: Lobezno”, parafraseando algo que dice Deadpool en su película, todos tenemos unos comienzos difíciles, eso no era algo que tuviera que ver con lo que veremos hoy día. En “Deadpool” se nota una atmósfera de frescura y transformación que era necesaria para el anti-héroe, además creo que ya era casi imprescindible que hubiera una película que se saliera un poquito de los esquemas dónde el bueno no fuera tan bueno, dijera tacos, le dispararan, no fuera alto y guapo… vamos que rompiera los moldes establecidos.

La película es un fiel retrato del personaje, un bocazas que suelta cosas adecuadas, con muchísimas referencias actuales, pero en el lugar y el momento menos indicado. También rompe y exprime la 4ª pared para interactuar con el espectador, lo que ayuda a la hora de ponernos en su piel y hay un momento en el que le dices: “dispara, mátalo, para que se calle Coloso”. Sarcástico, hilarante, inusual, escenas de acción, violencia, sexo, desnudos, grandes referencias, no se olvida de nadie, ni de los X-Men, ni de los Vengadores, todo ello anclado perfectamente, sin límites para llevar al extremo el humor salvaje y necesario de este personaje, una calificación R muy acertada.

Ryan Reynolds, el cual sabe reírse hasta de sí mismo, como cuando fue Linterna Verde, sabe interpretar el personaje a la perfección, es más se sabe qué es él debajo del traje (y la máscara) y eso es muy difícil de conseguir. Al igual que no nos imaginaríamos a Iron Man o Lobezno sin Robert Downey Jr. y Hugh Jackman, tampoco podría haber un Deadpool sin Reynolds, porque parece una extensión de sí mismo, pero más mordaz, más maquiavélico y más feo. Tampoco podemos dejar de destacar a Morena Baccarin como Vanessa/Copycat, capaz de duplicar cualquier cosa (guiño, guiño), donde nos traen un personaje femenino fuerte y también atípico, no todas las novias de los superhéroes son prostitutas ni son damiselas en apuros, ella sí tiene algo que decir. Ed Serkin será la némesis de nuestro anti-héroe, un mutante incapaz de sentir dolor, junto a él tenemos a Angel Dust, interpretado por Gina Carano, la cuál era, aparte de actriz y modelo, luchadora de artes marciales mixtas y se nota en su presencia que sería capaz de patearte el culo. Stefan Kapicic toma el rol de Coloso –generado por ordenador–, anteriormente interpretado por Daniel Cudmore en X-Men con más penas que gloria, y le dan una nueva personalidad. T.J. Miller será el amigo peculiar de Deadpool sin mutación, que le ayudará, cuyo humor casa perfectamente con el de nuestro anti-héroe. Tampoco nos podemos olvidar a Brianna Hildebrand como Negasonic Teenage Warhead (Cabeza nuclear negasónica adolescente), un mutante de la hornada de los Astonishing X-Men.

Tim Miller en su debut en la dirección, se hace con un proyecto con un presupuesto reducido para ser una película de acción/superhéroes, 58 millones, menos de lo que cobraron Robert Downey Jr. y Scarlett Johansson en “Vengadores: era de Ultrón” –40 y 20 millones, respectivamente–, pero que sabe defenderse a la perfección. A él se le suman los guionistas Rhett Reese y Paul Wernick, autores de “Bienvenidos a Zombieland”, para darle voz al mercenario, sin olvidar la implicación de Ryan Reynolds desde los comienzos del proyecto, tanto aportando ideas como a la hora de la producción. Ha sido una cadena de montaje muy bien aprovechada y a pesar de las presiones y un rodaje de sólo 48 días, han sabido resolver todo muchísimo mejor que los “Cuatro Fantásticos”. La película no es la típica narración de principio a fin, nos traen una narración fragmentada, trayéndonos y llevándonos para acá y para allá a través del mundo Deadpool, aglutinando lo mejor del personaje en algo más de 100 minutos, que se te pasan realmente volando por la agilidad, tanto del personaje, como de la dirección, guión, montaje, FX bastante buenos y así sucesivamente. Una producción ambiciosa y un marketing de sobresaliente.

Resumiendo, que hoy me he emocionado de más, “Deadpool” me ha encantado, sobre todo porque es algo nuevo en pantalla grande, es una nueva especie de superhéroe, del que camina por la línea del bien y del mal, pero que se resbala mucho hacía el infierno, pero finalmente hace el bien, sin que sea su mayor intención, algo que últimamente se está dando más gracias a Netflix. No es lo mejor de lo mejor, pero sí que es una de las películas del año, para mí se merece un 8, porque han sabido reflejar y lidiar con todo, las interpretaciones están muy bien, sobre todo las principales, los chistes son actuales y en ningún momento resulta nada excesivo. Deseando que llegue 2018 con más Deadpool. Muy recomendable desde los créditos de inicio hasta las escenas adicionales post-créditos.

 

 

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